Tailandia [8]

Nos levantamos a eso de las 8:00h, desayunamos y a las 9:30h comenzamos la caminata. El destino era una pequeña cascada.
A medio camino paramos en la casa de una familia que prefería vivir aislada (al ser menos gente que en una aldea, tocan a más alimentos) y que se dedicaba a fabricar cestos.
Continuamos, sudando bien la camiseta (pero sin lluvia) hasta otra casa junto a un río. Dejamos las mochilas y caminamos 5 minutos más hasta la cascada.
Tras remojarnos un rato volvimos a la casa, donde nos habían preparado la comida. Puede que fuesen las 13:00h.
Tras descansar un poco, seguimos nuestra marcha otro buen rato, hasta el lugar en el que estaban los elefantes.
Tocamos a 3 personas por elefante: 1 tras la cabeza y dos en una silla sobre el lomo.
Yo fui con los 2 ingleses, pero el que iba en la cabeza a medio camino cambió con el otro (tenía el culo y las piernas destrozadas, je, je…), que siguió caminando.
Después, un poco más de caminata y llegamos a la cabaña en la que pasaríamos la segunda noche.
Estaba más cerca del pequeño poblado que la primera.
Aquí, en vez de «abú-ya», sólo se decía «abú» para dar las gracias.
Nos dimos una ducha, esta vez en una caseta con grifo y todo.
Cenamos y en esta ocasión la gente aguantó más, porque Bai nos entretuvo con unos juegos (pasatiempos) con cerillas.
Los chicos ingleses bebieron; y nosotros aprendimos un poco de Thai con Tom (kom-pun-cap es gracias; mai-belib-cap es de nada… y los números del uno al diez… que Ivette es la que mejor se los sabe) y Tom siguió perfeccionando el español que le he ido enseñando.
Las holandesas, la inglesa, nosotros y luego los demás… ese fue el orden de retirada a la cama.
Nosotros nos fuimos a las 00.00h.

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