Me despierto… no recuerdo la hora… con tanto cambio de horario. El caso es que soy el último de los cuatro en despertar. No he dormido mal del todo… sobre todo por los comentarios de las chicas.
Me como el mini-bocadillo que nos dieron la noche anterior… y al rato nos traen otro mini-pack para comer.
Al final con lo del problema del cátering nos van a cebar. 😀
Pasan las horas… comienzo a ver «Constantine» pero llegamos a Londres antes de que termine, como era de esperar.
Una vez allí nos movemos de terminal. No ponen nuestra puerta de embarque hasta el último momento, así que nos toca andar ligero.
Luego nos dicen que tenemos otro pack de comida, a recoger antes de entrar en el avión (nos ceban, de verdad).
Embarcamos. Una vez en el aire, me como el pack, ya en plan vicio (bueno, me guardo la galleta, junto a la de los 2 packs anteriores).
En comparación con el vuelo anterior este es corto, así que llegamos a Barcelona «en un momento».
El día está muy despejado y podemos ver con claridad los puntos destacables de la ciudad y alrededores: la torre Mafre, el supositorio de Glories, el Arc del Triomf… a lo lejos Monserrat. Es una pasada.
Aterrizamos en la terminal B.
Tenemos que ir a por las maletas a la otra punta….
Luego lo de siempre… la intriga de si habrán llegado todas.
Desde que llegamos a las 10.30h (a pista) con el avión, hasta que salimos al Hall (a las 11.30h) ha pasado una hora.
Justo antes de eso, llamo a casa. Me dice mi madre que mi padre ya está esperando en el aeropuerto… así que me despido de las chicas.
Salgo de la terminal con la mochila en brazos y en seguida veo el coche a lo lejos… y luego a mi padre.
El viaje ha terminado.