Tailandia [17]

3:30h, suena el despertador. Tenemos el tiempo justo para vestirnos y recoger las maletas.
A las 4:00h dejamos las llaves de las habitaciones y salimos a buscar un taxi. Por suerte hay uno en la puerta, que por 300 bahts está de acuerdo en llevarnos al aeropuerto.
El taxista conduce a toda velocidad por las calles y carreteras prácticamente desiertas, en comparación con el tráfico diurno.
Antes de las 4:30h ya estamos en el aeropuerto.
Encontramos el lugar en el que facturar las maletas y recoger los billetes sin demasiados problemas. Una vez libres de los bultos, deambulamos buscando algún lugar en el que tomar un café. Tras no conseguirlo, porque casi todo estaba cerrado, decidimos ir a la puerta de embarque y allí descubrimos que la compañía lo ofrecía gratis (también 4 ordenadores con conexión a Internet).
A las 6:00h salimos rumbo a Samui.
Una hora más tarde ya habíamos llegado a un aeropuerto minúsculo, pero muy pintoresco. Compramos el billete para el ferri, que salía a las 8:00h.
Esperamos un rato y nos llevaron hasta el embarcadero, enlatados en una furgoneta.
El ferri salió un poco tarde, así que serán cerca de las 8:30h cuando zarpamos. Había mucha gente, así que nos dijeron que si queríamos podíamos ir arriba, a la zona «VIP», en la que, en principio, para entrar había que pagar 50 bahts más.
Pusieron una peli que ya había visto (Reign of fire), así que intenté dormir.
El ferri hace algunas paradas por el trayecto, lo que permite ver otros posibles destinos.
A la hora y media llegamos a Kho Tao. Cogimos un «taxi» (una ranchera 4×4), que nos cobró 50 bahts por persona y nos llevó al Seashell Resort.
Allí no hubo ningún problema, la reserva funcionó perfectamente. Así que tenemos 2 bungalows: uno triple y otro doble. En el primero hay una cama individual y otra de matrimonio. En el segundo, una de matrimonio.
En el reparto me quedé con la doble, yo solito… por una vez he salido ganando, je, je… aunque también es un poco triste acabar los días solo.
Una vez ubicados, nos fuimos a tomar algo, pero al final acabamos comiendo, muy temprano.
Después fuimos a la playa, que está al lado del restaurante. El agua estaba supercaliente y hacía un sol achicharrante. Como la playa es muy plana, la marea subía rápidamente.
Después de la tarde de relax, dimos un paseo y acabamos en un bar con mesas y cojines en la arena, tomando algo y viendo la puesta de sol (19:00h).
A la vuelta nos duchamos y llevamos la ropa sucia a lavar (50 bahts/kg.).
Después fuimos a cenar a un italiano (La Matta) donde la comida estaba muy rica (comí lasaña), pero tardaron mucho en servir.
Después de la cena fuimos a dar una vuelta hasta el lugar en el que había anunciada una fiesta (A.C.), pero vimos que no había mucha gente, y los que había estaban apalancados. Así que nos acercamos a otro sitio que está lleno de pufs enormes, de esos en los que te hundes, de color rojo. Por lo visto había que ir a la barra si querías tomar algo… y terminamos por no pedir nada.
Antes de ir a dormir, buscamos desesperadamente un sitio en el que comprar agua fresca… que terminó siendo el 7-eleven.