Solo, despierto pero cansado, con el deseo de lograr dormir; triste… triste… triste y solo. Toda una vida rodeado de gente, pero a la vez solo. Encerrado en sí mismo. Escuchando a los demás, pero callado y solo.
Un lugar cálido. La luz del atardecer acariciando la piel. Las olas lamiendo la playa. Espuma. Calma.
Si me conocieras, si me conociera. ¿Por qué? No sé. Quizás en algún punto del camino erré la dirección. Quizás fue hace mucho, quizás no. Supongo que cuando niño, cuando no supe ver que había alguien a quien preocupaba; aunque, por lo visto no demasiado, pues no luchó por mi atención. O, quizás, no lo supe ver.
Ciego, sordo, sin habla. Si no lo buscas no lo encontrarás. Hay que poner un poco de tu parte. Hay que arriesgar. No todo te va a venir rodado en esta vida. Esta. No hay otra. ¿O sí? Como te, me, decía, se te está resistiendo el tema. Hasta hoy y nada. Hay que poner un poco por tu parte. Si no lo buscas no lo encuentras. Si lo buscas… Pero hay que arriesgar. Si lo tienes al lado, mirándote y no reaccionas no lo encontrarás. No todo te va a venir rodado, no todo… Si lo buscas quizás lo encuentres. Ya va siendo hora o si no será demasiado tarde. Quizás la semana que viene deberías de comenzar a plantearte las cosas de otro modo. Tienes que echarle morro, ser tú mismo y echarle morro, no rendirte aunque lo busques y no lo encuentres. No todo te va a venir rodado en esta vida.